Nos encontramos en el sexto día de la creación. A eso de las seis de la mañana según el Midrash. Y D-s dice: “Na´ase Adam – Hagamos al Ser humano” (Gen. 1:26). Como todos sabemos luego el ser humano es creado y luego separado en dos: Adam veJavá (Adan y Eva) y eso da inicio a la humanidad según nuestra Torá. Sin embargo aquella palabra que utilizó D-s para la creación del primer Ser humano despertó la intriga de generaciones de interpretes ¿Por qué dice “hagamos”? ¿Por qué en plural? ¿Con quien está hablando D-s?
Muchas son las soluciones ante este aparente problema teológico que es suponer que hay una “multiplicidad de dioses” que crean al Ser humano. Algunas anulan el problema de raíz. El Shadal sugiere que Hashem utiliza aquí el plural mayestático como lo hacen los reyes terrenales. Por su parte Ibn Ezra sugiere que según una opinión Na´ase no debe ser leído como “hagamos” sino como “sea hecho” en la estructura de Nifal.
Rashi, sin embargo, sugiere que lo consulta con sus ángeles ministeriales. El Talmud (Sanedrín 38a) nos dice que lo consulta con su “Pamalia Shel Mala”, su sequito divino. Y es el Or HaJaim quien nos explica el porqué: “ya que D-s es la fuente de la humildad, habla en plural, ya que así hablan los hombres humildes”. D-s al crear al ser humano lo hace en plural para enseñarnos a ser humildes y a nunca tomar una decisión en soledad por más importantes que nos sintamos o creamos, a siempre consultar con otros y a ser humildes al hablar de nuestros éxitos, no en primera persona del singular sino del plural para dar cuenta que nunca lo logramos solos.
El Ramban, por su parte, nos dice que le esta hablando a la tierra a lo que Rabeinu Bejaie suma: “La tierra le daría al hombre su cuerpo mientras que D-s contribuiría su alma”. Los seres humanos somos esa combinación entre seres terrenales y divinos, conectados con ambos mundos e intentando conectar los Cielos con la tierra. Como enseña el Talmud (Jaguiga 16a) en tres sentidos los seres humanos nos asemejamos a los ángeles y en tres sentidos a los animales. Y en esa tensión vivimos desde nuestra creación.
Por otra parte el Midrash (Bereshit Rabba 8:3) nos sugiere otras cuatro posibilidades sobre ¿Con quién consultó Hashem la creación del hombre? (1) Con sus ángeles (2) Con cada uno de los días de la creación (3) Consigo mismo (4) Con las almas de los justos. Quisiera detenerme antes de terminar en estas dos últimas interpretaciones. Hashem se consulta y se debate internamente si vale la pena crear al ser humano o no. Él puede percibir que mucho bien podrá salir de ellos pero también mucho mal. Sin embargo decide arriesgarse y crea al ser humano “a pesar de todo”.
Y por último, me gustaría sugerir como alguien ayer en twitter me advirtió también, D-s consulta al propio ser humano que está creando. ¿Te animas a ser parte de la creación? ¿Te animas a ser Mi socio en este mundo? Yo ya decidí, dice Hashem, crearte pero ¿asumís el compromiso de ser humano? Cuando nuestros padres nos conciben no nos lo consultan explícitamente pero de alguna manera como Hashem sí lo hacen. Nos invitan a ser parte del mundo, de una familia, de una cultura, nos invitan a continuar su obra. Así también D-s crea al ser humano, proponiéndole un pacto: trabajar juntos para continuar la obra que Él comenzó. En seis días hizo Hashem los cielos y la tierra… y cada uno de nosotros debe asumir el compromiso durante cada día de su vida de convertirse en un socio en el proyecto divino y continuar transformando y mejorando Su creación.
Shabbat Shalom,
Rab. Uri