Skip to main content

En la Parasha de esta semana nos encontramos al final de los cuarenta años de la travesía por el desierto. En la Parasha de esta semana fallecen Miriam y Aharon, y en un confuso episodio la Torá nos explica porque Aharon y Moshé no entran a la tierra prometida. Al morir Miriam el pueblo se quedó sin su fuente de agua. Dios le pide entonces a Moshé que le hable a una piedra para que de allí salga agua. Moshé golpea la piedra dos veces y el agua sale. Golpea en vez de hablarle. Por eso nos dice la Torá que porque no tuvieron fe (el rol de Aharon en la historia es tema de otro Dvar Torá) y no confiaron en Dios es que no entrarán a la tierra de Israel (Num. 20:12).

¿Cuál fue la transgresión tan terrible para no permitirle a Moshé concluir su labor ingresando a la tierra por la que tanto trabajó? El comentarista italiano Shadalnos dice: “Moshé cometió una transgresión sin embargo los comentaristas lo acusaron a él de haber cometido 13 o más, cada uno inventando una inequidad distinta”. Esto es porque durante siglos los rabinos no podían concebir que simplemente por haber “golpeado la piedra” Moshé después de tanto esfuerzo y sufrimiento se quede sin saborear la tierra de la cual mana leche y miel.

  • Rashi, por ejemplo, dice que su transgresión no tuvo tanto que ver con la roca en sí sino en no haber seguido al pie de la letra la orden divina: Dios le dijo habla y el golpea.
  • Rambanpropone que fue porque no tuvieron suficiente fe en los poderes divinos, no creyendo que la roca podría dar agua.
  • Rabeinu Jananelentiende que fue porque se perdieron la oportunidad de hacer “Kidush Hashem”, santificar a Dios, mostrando los poderes de Hashem.
  • Rambamsugiere que fue por su ira al enojarse con el pueblo llamándolos: “ustedes rebeldes”.
  • El Netzivnos dice que Moshé y Aharon mostraron en este episodio una gran falta de liderazgo.
  • Abrabanelpor otro lado dice que no fue tan terrible el hecho de golpear la piedra sino que este es un castigo divino por transgresiones que Moshé y Aharon ya habían cometido en el pasado, su vinculo con los espías y el becerro de oro respectivamente.
  • El Ralbagpor su parte, ingeniosamente, dice que ni Moshé ni Aharon transgredieron, sino que fueron parte del “castigo colectivo” que le correspondía al pueblo de Israel.

Como enseña Shadal, cada quien encontró otras transgresiones adjudicando en ellas “el castigo divino”. Ningún autor podía “soportar” que tan solo por golpear la piedra Moshé y Aharon no entren a la tierra prometida. Todos buscaban una transgresión más grande. Todos necesitaban justificar lo que ocurrió. Sin embargo el Hoil Moshe(Italia, s. XIX) nos regala una nueva perspectiva. Moshé y Aharon simplemente murieron de forma natural cuando su tiempo les llegó. No murieron por una transgresión sino porque a todos nos llega el momento de morir en algún momento. Sin embargo incluso la propia Torá no puede “soportar” el concepto de que los líderes mueran entonces lo busca justificar con este episodio y luego durante milenios los rabinos sin aceptar esa justificación buscaron otras más. Todos sin poder simplemente aceptar que murieron.

¿Cuántas veces en la vida nos pasa lo mismo? ¿Cuántas veces intentemos justificar o encontrar explicaciones a situaciones que no las tienen? ¿Cuántas veces nos es imposible aceptar el azar o el destino (dependiendo la concepción que uno tenga) sin tener que tratar de explicarlo de alguna forma? Frente a una tragedia siempre escuchamos la pregunta ¿por qué? ¿Y si a a veces no hay un por qué? ¿Y si a veces las cosas simplemente suceden? Es como si nuestras mentes estarían compelidas a tratar de explicar todo, de justificar todo, de entender todo. ¿Y si no podemos? ¿Y si hay cosas que simplemente escapan a nuestro entendimiento o cosas que simplemente ocurren? ¿Y si Miriam, Aharon y Moshé no transgredieron y simplemente murieron en su vejez?

El Talmud nos enseña que HaOlam Keminago Noeg – El mundo se maneja según sus principios(Avoda Zará 54b). Hay veces que quisiéramos que las cosas sean de una manera pero suceden de otra forma. Hay veces que no deseamos que algo suceda pero ocurre. Nuestra mente no lo puede comprender, no lo puede aceptar, y busca justificaciones, culpables y explicaciones en cosas que simplemente ocurren, que son parte de la vida y debemos aprender a vivir con ellas. Este es el desafío. Un inmenso desafío. El desafío de vivir sabiendo que no tenemos todas las respuestas, que no todo tiene una explicación y que no para todo hay una justificación “lógica”. ¿Podemos?

Shabbat Shalom,

Rab. Uri

Leave a Reply