En la Parashá de esta semana encontramos uno de los versículos más citados de la Biblia: “Justicia, Justicia perseguirás – Tzedek, Tzedek Tirdof” (Deut. 18:20). Este se ha convertido en un lema en marchas por ampliación de derechos sociales en Israel y en nuestro país este ha sido el emblema de innumerables actos pidiendo justicia por los atentados de la Embajada de Israel y la AMIA. La búsqueda de la justicia es sin duda uno de los elementos modulares del pensamiento judío a lo largo de su historia sin embargo ¿Por qué Moshé repitió dos veces la palabra justicia/tzedek? ¿Con una vez no hubiera sido suficiente, “justicia perseguirás”? Algunos exegetas lo leen como una reiteración para dar énfasis a la idea, y quizás esta es la explicación más literal del texto sin embargo a lo largo de las generaciones nuestros maestros con lupa y una pluma hábil le han dado a esta repetición un sinnúmero de interpretaciones. Algunos dicen que el acto de buscar justicia debe ser una actitud activa, otros hablan que uno debe ir a buscar la justicia donde sea que este, otros nos hablan que los fines y los medios deben ser justos, otros incluso nos dicen que la justicia hay que perseguirla tanto con las palabras como con las acciones. Y así se dan una gran cantidad de interpretaciones en relación a la repetición del término Tzedek/Justicia.
Hoy quiero detenerme en una interpretación que aparece en el Talmud. Según esta interpretación la palabra justicia está escrita “una vez para hacer referencia al juicio y otra vez para la mediación” (Sanedrín 32b). El Talmud invita al juez a decidir frente a cada situación la mejor forma de llegar al Tzedek, a la justicia, evaluando las circunstancias particulares. En algunos casos se tendrá que ir a juicio y en otros se podrá resolver el tema con una mediación. En otro folio talmúdico (Sanedrín 6a) nos encontramos con una apasionante discusión entre el valor del juicio y de la mediación. Allí hay ciertos rabinos que se oponen a la mediación porque allí no se llega nunca a la verdad. Otros sin embargo alaban la mediación porque allí se logra la paz. Ciertos rabinos comprenden que el valor ideal es siempre la búsqueda de la verdad que se da en un juicio donde habrá un inocente y un culpable; y sienten que una mediación donde se llega a un punto medio es una alteración de la justicia ya que no se dilucidará la verdad. Otros sabios sin embargo ponderan a la mediación donde no hay perdedores ni ganadores absolutos como preferible en muchos casos ya que esto ayudará a consolidar la paz social.
Los jueces somos también nosotros mismos en cada una de las esferas de nuestra vida. En nuestros hogares, escuelas, trabajos y comunidades. Nosotros mismos cada día frente a las situaciones que nos atraviesan y nos ponen muchas veces como juez y parte debemos decidir si caminamos para el lado del juicio en búsqueda de la verdad donde finalmente encontraremos a un culpable y a un inocente o preferiremos caminar en pos de la mediación donde resignaremos ciertas cosas con el fin de mantener la armonía en el hogar, con nuestras parejas o en el trabajo. Hay momentos y situaciones donde la forma de llegar a la justicia es con “juicios” caseros, otras veces que la forma de administrar justicia es llegar a una mediación, a un punto medio. Cuando dos alumnos se pelean y se acusan mutuamente quizás allí el trabajo del docente sea el de seguir el camino del juicio para establecer fehacientemente quien es el responsable. Otras veces quizás cuando discutimos con nuestras parejas sobre “quien tiene razón” muchas veces en vez de avanzar hacia una pelea infinita donde ninguno da el brazo a torcer quizás lo más sabio es seguir el camino de la mediación encontrando así un punto medio.
Según la tradición Moshé era el arquetipo del Juez que buscaba la justicia a través de los juicios ponderando a la verdad como el máximo ideal mientras que su hermano Aharon era conocido como el que amaba la paz y perseguía a la paz y administraba justicia a través de las mediaciones. Moshé y Aharon eran hermanos, los juicios y las mediaciones también lo son. Ambas son legítimas formas de administrar la justicia. Quiera Dios que siempre tengamos la capacidad de elegir sabiamente que camino tomar.
Sea el camino que sea: “Tzedek, Tzedek Tirdof – Justicia, Justicia perseguirás”. Ya sea en búsqueda de la paz o de la verdad lo importante es perseguir la justicia.
Shabbat Shalom,
Rab. Uriel Romano