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Esta es la historia de un gran rabino y de un gladiador devenido en bandido. Un día el rabino quería tomar un baño en el río Jordán y al bajar se encuentra con un hombre forzudo y de pelo largo. El rabino era Iojanan y el gladiador-bandido era Reish Lakish. Desde ese momento comienza una amistad entre ambos. Rabí Iojanan le promete que si deja su vida de delincuente él lo va a convertir en un gran erudito de Torá. Reish Lakish acepta y se casa con la hermana de su maestro y amigo. Durante años ambos estudian juntos y crecen en conocimientos. Cada uno como un soldado entra en la “guerra de Torá” con argumentos y contra-argumentos para afinar más su estudio y su comprensión profunda del texto. Luego de años, como ocurre muchas veces, estos dos compañeros y amigos se pelean. La hermana de Rabí Iojanan y la esposa de Resh Lakish trata de hacer las paces entre ambos pero no lo logra. Resh Lakish muere súbitamente. Rabí Iojanan entra en una gran depresión y sus alumnos para tratar de ayudar a su maestro le ponen un nuevo compañero de estudio. Este nuevo compañero a cada idea que Rabí Iojanan propone responde acertivamente loando a Rabí Iojanan por sus conocimientos y citando otro texto bíblico que apoya su postura. Rabí Iojanan en vez de alegrarse se deprime aún más. Y llorando comienza a gritar “¿Dónde estás Reish Lakish? ¿Dónde estás Reish Lakish?”. Continuaba diciendo: “tu no eres como Resh Lakish, tu celebras cada idea que propongo. En cambio Resh Lakish a cada argumento que yo presentaba él me planteaba 49 argumentos en contra del mismo y yo tenía que refutar cada uno de sus contra-argumentos. Y así los dos crecíamos en Torá y en conocimientos”.

Esta historia (basada en TB, Baba Metzia 84a) no tiene un final feliz (Rabí Iojanan de tristeza también muere) pero sí tiene una gran enseñanza: el significado real de la amistad. Rabí Iojanan y Resh Lakish encarnan lo que la tradición rabínica denomina Jevruta. El término Jevruta deriva del termino Javer (amigo-compañero). Una Jevruta es el compañero de estudios. Una pareja de amigos que se acompaña mutuamente en el crecimiento de conocimientos.

Un amigo, un javer, es aquel que te apoya, que te sostiene, que te escucha, que celebra las alegrías contigo pero un amigo también debe ser el que te critica, el que te amonesta cuando te equivocas, el que marca tus errores para poder mejorar. Un amigo no solo es aquel que te palmea la espalda sino también el que de tanto en tanto, con amor y cariño, te señala con el dedo. Rabí Iojanan no quería un amigo para que celebre su inteligencia y erudición, quería un amigo para que le discuta, para que le argumente y para que lo haga superarse. Al respecto enseña nuestra tradición: “Tú tienes algunos amigos que te critican y otros que te adulan, ama al que te señala tus errores y odia al que te alaba; por cuanto el que te critica te ayuda a llegar al mundo venidero [por hacerte ver tus errores y así mejorar], mientras que el que te alaba te saca de este mundo [por cuanto te hace más arrogante]. (Avot deRabi Natan 29)

Hoy es Shabbat pero también el día del amigo. En tiempos de “amistades” virtuales, de “me gustas” con el click, es importante volver a rescatar el valor interpersonal, cara a cara, de la amistad. La amistad de carne y hueso. Amigos no son solo con los que compartís alegrías sino con los que te ayudan a levantarte cuando no estas en tus mejores días. Al respecto dice Kohelet-Eclesiastes: Mejores son dos que uno… Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.” (4:9-10). Ya al comienzo de la Biblia Dios nos dijo que “no es bueno que el hombre este solo”. El hombre y la mujer nacieron para vivir en sociedad. Todos necesitamos amigos. Necesitamos amigos que nos abracen y que nos critiquen, que nos escuchen y que nos sacudan.

Los invito este Shabbat, Parashat Devarim, el Shabbat de las palabras a pensar primero quienes son esos amigos que marcaron sus vidas. Quienes son esos amigos que los abrazaron cuando necesitaban sentir contensión pero especialmente también quienes son esos amigos que te ayudaban a crecer no con palmadas en la espalda sino con criticas constructivas, con consejos y con su mirada atenta. Quienes son sus Jevrutot, sus compañeros de vida que los ayudaron a superarse a cada etapa del camino. Y después, aparte de mandar un mensaje de Whatsapp o hacer un post por Facebook a llamarlos, a ir a visitarlos a la casa y a reencontrarse cara a cara y a cantar (¿Por qué no?) “Hine Ma Tov uMa Naim Shevet Ajim Gam Iajad – Cuan lindo y agradable es que los amigos esten sentados juntos”.

Shabbat Shalom,

Rab. Uri Romano

(Posteo programado antes de que comience Shabbat)

One Comment

  • David dice:

    Gracias Uriel.
    Pudo que en esta semana encontremos palabras para disentir con las decisiones de la Kneset de Israel y que ello sea tomado como una muestra de compromiso y amor por la Mediná, a pesar de sus gobernantes.
    Nejamá.

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