ר’ אבא מנשק כיפי דעכו
[Cuando] Rabbi Abba [llegaba a la Tierra de Israel] solía besar las rocas de la ciudad de Acre. (Talmud Babilónico, Ketuvot 112a)
Esta breve historia nos da el ejemplo de una extendida costumbre entre sabios y piadosos de las generaciones pasadas (y no tan pasadas). Rabí Abba, un sabio de principios del siglo IV d.e.c procedente de Babilonia, ascendió hacia la tierra de Israel para instalarse en la ilustre ciudad de Tiberias, llegó por barco al puerto principal del norte de la tierra de Israel, Acre (o Acko en hebreo). Este puerto era parte de una ciudad cosmopolita que para ese entonces ya tenía dos mil años de historia. Acko según el Talmud Jerosolimitano tenía una parte dentro de las fronteras del Israel bíblico y una parte fuera del Israel bíblico. Esto es simplemente una cuestión anecdótica. Lo interesante es lo que hizo Rabí Abba cuando vio por primera vez las murallas de la ciudad de Acko: beso sus piedras. El intenso amor que nuestro maestro sentía por la tierra de Israel lo expresó besando las murallas que lo aguardaban cuando bajo del barco. Está tradición, recogida incluso por Maimonides en el siglo XII, continuó de generación en generación. Hasta hace no mucho tiempo se podían ver fotos de personas que al llegar al aeropuerto Ben Gurion besaban el pavimento demostrando así su amor y su alegría por finalmente haber arribado a la tierra prometida.
La proxima vez que esten por Israel, encuentren alguna piedra del desierto, de alguna muralla o incluso de algun edificio, pierdan la vergüenza por unos instantes, y sigan la costumbre de nuestro querido Rabí Abba.