Jesed veEmet (Bondad y verdad)
En la Parashá de la semana encontramos el siguiente pedido de Yaakov hacia Yosef: “Si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y hagas conmigo bondad y verdad. Te ruego que no me entierres en Egipto.” (Gen. 47:29). Yaakov no quiere ser enterrado en Egipto sino que desea ser enterrado junto a sus antepasados en la tierra de Israel y es pore so que le pide a Yosef que lo entierre allí pero las palabras que utiliza despiertan la atención de nuestros exegetas. ¿Por qué le pide que haga con el “bondad y verdad” (Jesed veEmet)?
En una lectura literal del texto bíblico podríamos afirmar que Jesed veEmet es simplemente una expresión para enfatizar que el otro responda afirmativamente su promesa o pedido (ver Gen. 24:49 o Jos. 2:14). Sin embargo algunos comentaristas (Ibn Ezra, Radak y Hizkuni) comprenden que el término Emet está asociado al pedido de ser enterrado. Los hijos están obligados a ocuparse del entierro de sus padres y esto es lo que le pide Yaakov a Yosef, es lo que corresponde. Este grupo de comentaristas entienden entonces que Jesed es el pedido de ser enterrado en la tierra de Canaan y no en Egipto. Yosef no está obligado a tomarse el tiempo y el esfuerzo que requiere una procesión fúnebre a varios días de distancia de su hogar. Este es el acto de bondad y misericordia que Yaakov le pide a su hijo.
Rashí, por otro lado, citando un famoso Midrash (Gen. Rabá 96:5) dice: “Los actos de bondad que la gente hace por los muertos constituyen un acto de bondad verdadera (Jesed Shel Emet), ya que la persona que lo realiza no espera ninguna recompensa”. En esta lectura Jesed y Emet no serían dos términos diferentes sino un concepto unificado, este pedido de Yaakov es lo que la tradición llama Jesed Shel Emet, la verdadera bondad donde uno hace algo para el otro sin esperar (y sin buscar) recompensa alguna. Algunos comentaristas (Minhat Yehuda y Or Hajaim) cuestionan esta interpretación ya que efectivamente Yosef recibió una porción más que sus hermanos en la tierra de Israel. Estos autores dicen que fue como recompensa por este acto de bondad. Sin embargo Rabbeinu Tam soluciona esta dificultad diciendo que si bien Yosef recibió una recompensa, al actuar él no estaba pensando en aquél estímulo y por eso su acto se considera un verdadero acto de bondad desinteresado.
Jesed veEmet, bondad y verdad son parte también de los 13 atributos de Dios (Éxodo 34:6). Ambos atributos, altamente ponderados por nuestras sociedades occidentales y nuestra tradición judía, no siempre van de la mano. Hay momentos en los que actuamos con verdad pero sin misericordia y también hay instancias donde al actuar con bondad dejamos de lado lo que la justicia dicta. Es por eso, quizás, que en la Biblia 15 veces se nos recuerda que ambos atributos deben siempre estar conectados. No debe haber bondad sin verdad, ni justicia sin misericordia. La justicia y la verdad deben ser respetadas pero su aplicación debe estar acompañada de la bondad y la misericordia. Como dice el salmista: La misericordia (Jesed) y la verdad (Emet) se encontraron; La justicia y la paz se besaron (85:11). El pedido de Yaakov a Yosef, es el pedido eterno de nuestro padre Israel a todos nosotros, sus hijos: “Actúen siempre con misericordia y con verdad, apliquen la justicia con amor”. Este es también el consejo del rey-sabio Shlomó: “Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Atalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón” (Prov. 3:3). Imitemos a Dios, escuchemos el pedido de Yaakov y el consejo del sabio Shlomó. ¡Que en cada una de nuestras acciones encontremos verdad y bondad!
Shabbat Shalom
Rab. Uriel Romano
(Este comentario fue escrito para el proyecto Limmud on one Leg)