En la Parashá de esta semana encontramos un recordatorio del mandamiento de los tzitziot: “Te harás flecos en las cuatro puntas de tu manto con que te cubras” (Deut. 22:12). El recordar es la base de este mandamiento como encontramos en el libro de Números: “para que cuando los vean se acuerden de todos los mandamientos de Adonai, para ponerlos por obra” (15:39). El Talmud habla de este mandamiento como una mitzvá kala, un mandamiento sencillo ya que lo único que debemos hacer es poner estos flecos a nuestras prendas de cuatro puntas, nada más. Sin embargo el propio Talmud (Menajot 44a) desafía esta noción de que se trata de una mitzvá kala ya que el mandamiento no es simplemente colocarnos los tzitziot en la punta de nuestras ropas sino que el mandamiento es que esto sirva de recuerdo de que debemos cumplir todos los otros mandamientos. De sencillo esto no tiene nada.
Ahora bien nuestros sabios nos enseñan una valiosa lección sobre este y los otros mandamientos que encontramos en el Shemá Israel: “Dios ama al pueblo de Israel y por eso los rodeó de preceptos: tefilín en sus cabezas y brazos, tzitziot en sus prendas de ropa y mezuzot en sus puertas” (Menajot 43b)”. Cada uno de estos elementos funciona como un recordatorio.
¿Por qué necesitamos tantos recordatorios? Porqué es muy sencillo olvidar.
¿Y Por qué estos recordatorios en particular? ¿Por qué un recordatorio sobre nuestro cuerpo (los tefilín), sobre nuestra ropa (los tzitziot) y en nuestras casas (mezuzot)? Para recordarnos las obligaciones y responsabilidades que tenemos para con nosotros mismos (representado en los tefilín), para con los demás (representado en los tzitziot) y para con nuestra propia familia (representado en las mezuzot).
Estos mandamientos también son un recordatorio constante de nuestro judaísmo y los sabios le aplican a su cumplimiento el siguiente versículo: “y un cordón de tres dobleces no se rompe con facilidad” (Eclesiastés 4:12). En una sociedad cosmopolita y en un mundo abierto y plural es muy fácil olvidarnos de quienes somos y estos tres mandamientos son un recuerdo diario de que formamos parte del pueblo judío. Un recordatorio que empieza en nuestros cuerpos, continúa en nuestras ropas y luego en las puertas de nuestros hogares. Un recordatorio de que el judaísmo se debe practicar de la mezuzá para afuera tanto como de los tefilín para adentro.
Para terminar debemos preguntarnos ¿Por qué este recordatorio en esta Parashá? Porqué según el Rambam está es la Parashá que más mandamientos contiene: 74 para ser exactos. Y porque está Parashá comienza diciendo: “Cuando salgas – Ki Tetzé”. Y nuestras madres nos dicen que cuando salimos de casa siempre debemos recordar llevar el celular, la billetera y las llaves. Y la Torá, en este sentido, nos recuerda que cuando salimos de casa (y cuando estamos en casa también) debemos salir rodeados de Mitzvot.
Cuando salgas al mundo, cuando salgas a las batallas cotidianas, cuando vayas al encuentro del Otro siempre sal rodeado de Mitzvot. Recordá siempre salir con Dios en tus pensamientos y en tus acciones, en la forma que tratas a los demás y en la forma en que tratas a tu propia familia. Recordá siempre estar cubierto de Mitzvot.
¡Shabat Shalom!