אשר שברת ושמתם בארון – תני רב יוסף: מלמד, שהלוחות ושברי לוחות מונחין בארון; מכאן, לתלמיד חכם ששכח תלמודו מחמת אונסו, שאין נוהגין בו מנהג בזיון.
El Talmud (Menajot 99a) nos trae una novedosa interpretación de un hecho conocido por muchos. Según la Torá cuando Moshé rompe las primeras tablas Dios le ordena «que las coloque en el arca» (Deut. 10:2). Es decir en el tabernáculo no estaban solo colocadas las segundas tablas (las más nuevas y sanas) sino que también se encontraban allí las primeras tablas (las viejas y rotas). Según rab Yosef esta cuestión nos enseña que así debemos conducirnos en la vida con los maestros que están rotos, es decir que por la edad o por alguna enfermedad ya no pueden recordar la Torá que habían estudiado en su juventud.
La Halajá nos ordena tratar con respeto y honrar a aquellos que dedicaron su vida al estudio y la enseñanza de la Torá ya que ellos son Torat Jaim (la Ley viva, la Ley divina hecha carne y hueso). Tal como nos ponemos de pie frente la Torá, para poner un ejemplo, la Halajá nos dice que cuando vemos a un sabio debemos ponernos de pie también. Todo esto uno podría pensar que debe hacerse frente a un sabio «sano y entero» sin embargo rab Yosef enfatiza que el mismo kavod (respeto) debe ser dado en la ancianidad y cuando ya aquel «viejo sabio» no este lúcido como en su mocedad. Esta misma enseñanza talmúdica aplica a todo hombre y a toda mujer con cualquiera sea su “Torá”, su ciencia y su saber.
Ambas tablas estaban en el arca, las enteras y las rotas. Ambas eran sagradas. Y con el mismo kavod debemos dirigirnos al joven y al anciano, al lúcido y al que ya hace tiempo perdió su lucidez. Sin duda es un desafío, un desafío el cual debemos trabajar cada día. Yo sin duda que tengo debo trabajar en esta virtud. Comencemos hoy. Comencemos hoy con acciones concretas, intentando que la próxima vez que un anciano o anciana se nos acerque para contarnos algo no intentemos evadirlo con facilidad para ir a hablar con algún otro joven que tiene algo más “interesante” para decir. Quedémonos, escuchemos y honremos.
Shabat Shalom