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Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas (exodo 27:20)
Salida de Egipto. Entrega de los mandamientos. Construcción del Tabernáculo. De esta forma tripartita se puede dividir el libro de Shemot. Nosotros nos encontramos ahora en la última de estas secciones. La semana pasada se nos detalló cómo se debían construir cada uno de los utensilios y elementos constituyentes del Tabernáculo. Esta semana el tema principal serán las vestiduras del Sumo Sacerdote. Sin embargo, antes de comenzar aquella descripción la Torá se detiene en otro elemento: el aceite necesario para el Ner Tamid, para la luz que debía arder cada día desde el anochecer hasta el alba.
Veatá Tetzavé, y mandarás, dice la Torá. Hashem le ordena a Moshé que a su vez este le dé una orden, una mitzvá, al pueblo de Israel. La orden al parecer es sencilla: que le traigan aceite de oliva para poder así mantener constantemente la llama del santuario encendida. En una primera lectura esa es la mitzvá. Sin embargo la tradición jasídica enfatiza que detrás de este simple mandamiento se esconde algo mucho más profundo. Tetzavé puede ser leído como “mandarás”, sin embargo los jasidim eligen leer la palabra como Tzavtá (unirás). En arameo Tzavtá es unir, juntar; y de esta manera nuestros maestros nos quieren decir que en realidad lo que Dios le está diciendo a Moshé es: “tu unirás a los hijos de Israel”.
El libro de Shemot está dividido en tres grandes secciones, como ya dijimos. Lo mismo ocurre con nuestro versículo. Los invito entonces a leerlo desde los lentes del jasidismo:
“Y unirás a los hijos de Israel”: Dios le está hablando a los líderes. A cada uno de nosotros que en un área de nuestras vidas nos toca ser líderes, ya sea en nuestros hogares, nuestras comunidades o nuestros trabajos. La principal tarea de un líder es generar unión, es crear una red de conexiones entre la gente y entre él y su gente.
“te traigan aceite puro de olivas machacadas”: la segunda tarea del líder es encontrar lo más preciado, el aceite más puro, que cada uno pueda ofrecerle a su comunidad. El aceite de oliva solo se consigue a través de mucho esfuerzo y dedicación, pero finalmente se transforma en el mejor de los aceites. Cada uno del pueblo de Israel debía traer parte del aceite. El líder debe ser el responsable de hacer sentir a todos parte de algo más grande y la mejor forma de hacerlo es que cada uno pueda sentir que tiene algo que aportar.
“para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas”: tenemos cohesión y cada uno aporta su parte ¿Qué nos falta? Un proyecto, un destino una meta, una luz eterna que nos guíe. No solo requerimos de un gran líder y de gente capacitada y dispuesta a aportar sino que necesitamos de un proyecto, de una razón de ser para unir nuestros esfuerzos detrás de un líder.
Unión. Aporte. Proyecto. La esencia del liderazgo en un solo versículo. Veatá Tetzavé, “Y unirás”, ese es el desafío de cada Mitzvá. Parashat Tetzavé es la posibilidad de volver a pensar el significado de la palabra Mitzvá. Mitzvá como orden, como precepto o bien como Tzavtá como posibilidad de unión y de conexión, con Dios, con uno mismo y con el prójimo.
Shabat Shalom!