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Parashat Vaiakel – Fuego en sus hogares

By febrero 21, 2014No Comments

«Lo Tebaru Esh vejol Moshboteijem», no encenderán en Shabbat ningún fuego en sus hogares. Así comienza nuestra Parashá. Moshé, reúne al pueblo judío, y le recuerda que no debe encender ningún fuego durante el día sagrado. Nada tiene que hacer este comentario en la secuencia lógica del texto. Estamos culminando el libro de Shemot y todas las últimas parashiot se refieren en sumo detalle (y hasta el cansacio) a la construcción del Mishkán. ¿Por qué entonces Moshé decide enseñar ahora una de las normativas más conocidas de Shabbat?

Nuestros sabios medievales tienen la respuesta. Cuando Moshé habla aquí de fuego, no se refiere a la luz y al calor que se producen mediante la combustión. Moshé habla aquí del Esh (fuego) del Majloket. El fuego de la discordia, las peleas, las discusiones, el odio y la envidia. Ese es el fuego que no debemos encender durante Shabbat.

Sin embargo esto no responde a nuestra pregunta ¿Por qué aquí y no en otro lugar de la Torá? La respuesta la encontramos en la parashá anterior. Allí el pueblo de Israel construyé el becerro de oro. Situación que produjo enfrentamientos, recelos, venganzas, discusiones y muchos conflictos. Por eso, inmediatamente, antes de continuar con las tareas de construcción del santuario Moshé le advierte al pueblo que antes de seguir deben observar Shabbat. El pueblo debe sumergirse en Shabbat para dejar atrás todo aquel fuego de la discordia que se había generado.

Hay un tiempo para la discusión y hay un tiempo para hacernos uno, para reunirnos (Vaiakel, el nombre de nuestra parashá, quiere decir: «y reunió»). La Torá nos dice que durante seis días haremos nuestro trabajo. La Torá comprende que las angustias, las peleas, los conflictos, los celos y las discusiones se sucederán durante esos seis días. La competencia en nuestros trabajos nos hará ver a nuestros hermanos como adversarios. Sin embargo el Eterno nos regaló un día para que todo eso desaparezca. Para que el Esh del Majloket, el fuego que arde de los conflictos cotidianos, se haga a un lado. ¡No enciendas el fuego de la discusión y las peleas durante Shabbat! Eso le decía Moshé a nuestro pueblo.

La Torá también nos dice, al comienzo de nuestra parashá, que luego de seis días de trabajo tendremos un «Shabbat Shabaton». ¿Cómo podemos traducirlo? Yo elijo hacerlo de una forma extraña. Luego de seis días de esfuerzo físico y de desgaste espiritual tenemos un pequeño descanso (Shabbaton) y un gran descanso (Shabbat). El descanso más sencillo de Shabbat los sabios lo llaman Menujat Haguf, el descanso del cuerpo. Es sencillo que durante 25 horas no encendamos ningun fuego. Con tan sólo no encender nuestros autos o la hornalla de la cocina, traemos a nuestros cuerpos el descanso que se merecen. Sin embargo el gran Shabbat, es Menujat Hanefesh, el descanso del alma. El descanso de nuestro propio fuego interior.

¿Somos capaces de apagar por unas horas la envidia, los celos, la tristeza, la competencia, las discusiones y las peleas?

Quiera Dios que a través del descanso físico de Shabbat podamos también descansar nuestras almas.

Quiera Dios que en nuestros hogares la última llama que se encienda este Shabbat sea la de las velas anunciando la llegada del día más sagrado.

Shabbat Shalom!

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