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Parashat Itro: “No tomarás el nombre de Hashem, tu D-s, en vano” (5782-2022)  

By enero 21, 2022No Comments

El tercero de los Diez Mandamientos es el famoso “No tomarás el nombre de Hashem, tu D-s, en vano” (Ex. 20:7) ¿Qué significan exactamente estás palabras? Muchas son las interpretaciones o legislaciones rabínicas que surgen de este versículo.

 

Rabí Yojanan y Reish Lakish (s. IV) desprenden de aquí que “todo aquel que realiza una bendición que es innecesaria está transgrediendo este mandamiento” (b. Brajot 33a). Al realizar una Berajá estamos invocando el nombre de D-s, decir una bendición superflua o incorrecta sería invocar a D-s en vano. Hay que cuidar Su nombre, citarlo constantemente uno pensaría que es una forma de glorificarlo pero nuestros sabios entienden que también puede llegar a ser una forma de banalizarlo. Esto es lo que insinúa el Jizkuni (Francia, s. XIII) cuando nos dice que “no nos acostumbremos a invocar el nombre de Hashem incluso cuando estamos diciendo la verdad porque la costumbre nos hará citar su nombre cuando mintamos”.

 

Otra interpretación tradicional la encontramos en Rashí (Francia, s. XI) quien cita a la Guemará (b. Shevuot 21a) que interpreta que una Shvuat Shav (promesa en vano) es cuando alguien dice algo que “altera lo que es conocido por la persona”. Es decir, si alguien está frente a una piedra y afirma que es oro, si alguien afirma algo que es contrario a lo evidente eso también es invocar el nombre de D-s en vano. ¡Y cuanto sucede en nuestros tiempos! Cuantas veces nos encontramos con gente que nos quiere decir que lo blanco es negro contrario a toda la evidencia científica y los conocimientos generales.

 

Ibn Ezra (España, s. XI) es quizás dentro de todos los autores tradicionales quien más enfatiza que la transgresión de este mandamiento es de una gravedad suprema. ¿Por qué? Porque él interpreta que “nombre” es en realidad “recuerdo” (שם הוא כמו זכר). Entonces este versículo sería traducido así: “No tomarás el recuerdo de D-s en vano”. Para este autor una promesa incumplida, una invocación falsa, no cumplir con tu palabra, es negar a D-s. Es el Or Hajaim (Marruecos, s. XVIII) quien construye sobre esta idea y nos dice que aquel que utiliza el nombre de D-s para hacer “creíble una mentira” está perdiendo su propia divinidad. Esa persona se vuelve Shav, vana, falsa, insignificante. Las promesas vanas nos vuelven vanos y vacíos, nos hacen perder el Tzelem Elohim, la imagen de D-s que hay en nosotros.

 

El rabino Lord Sacks publicó en el año 2015 un maravilloso libro titulado “Not in God´s name” (No en el nombre de D-s), sobre como muchas veces hombres y mujeres a lo largo de la historia han usado las religiones para sus propios fines, para oprimir, para discriminar, para controlar, para sacar provecho. Hashem era consiente de que Su sagrado nombre podría ser utilizado para el mal por eso mismo nos dice “No tomarás mi nombre en vano”, es decir: no utilizaras Mi sagrado nombre para tus propios fines (ver. Sforno).

 

Del tercero de los diez mandamientos aprendemos (por lo menos) cuatro poderosas ideas:

 

  1. Aquello que nombramos todo el tiempo puede llegar a ser banalizado.
  2. Hay que cuidarse de aquellos que dicen/juran contrario a lo que es evidente ante nuestros ojos.
  3. Mentir o incumplir con nuestras palabras nos vuelve a nosotros mismos vanos y vacíos.
  4. Pensar si antes de citar a D-s (o una doctrina religiosa) estoy sirviéndole a Él a mis propios fines.

 

Shabbat Shalom,

Rab. Uri

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