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“Shamor veZajor beDivur Ejad, Hishmianu elHaMeiujad – “Observa” y “Recuerda” al unisono nos hizo escuchar el único (Dios).”Así abre la primera estrofa del Leja Dodi compuesta por Shlomo HaLevi Halkavetz (1500-1576, Safed). Esta poesía hace referencia a que en la Torá dos veces aparecen los Aseret HaDivrot (“10 Mandamientos”) una vez en el libro de Éxodo y otra vez en el libro de Deuteronomio. En cada uno de estos “sets” los Aseret HaDivrot son prácticamente idénticos (alguna que otra letra o palabra diferente pero son copias “casi idénticas”) sin embargo en relación al cuarto mandamiento, a la Mitzvá del Shabbat, son dos textos totalmente diferentes. No solo que en uno se nos dice que debemos “Observar (Shamor)” el día de Shabbat  y en el otro se nos dice que debemos “Recordar (Zajor)” el día de Shabbat sino que los argumentos para su observancia son totalmente disimiles.

 

En el libro de Éxodo se nos dice que debemos observar Shabbat por cuanto: “Acuérdate de que en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso Adonai bendijo y consagró el día de descanso.”(Ex. 20:11). Según Éxodo debemos observar el Shabbat para imitar el proceso de creación de Dios, tal como Él creó al mundo en seis días y el séptimo día reposó nosotros también debemos creativamente transformar el mundo durante seis días pero el día séptimo debemos descansar.

 

En el libro de Deuteronomio sin embargo el motivo para observar el Shabbat es otro: “Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que Adonai tu Dios te sacó de allí con gran despliegue de fuerza y de poder. Por eso Adonai tu Dios te manda observar el día de descanso”.(Deut. 5:15) El racional para observar el Shabbat es que Dios nos liberó de la tiranía de la esclavitud y ahora somos dueños de nuestro propio tiempo. Un signo de la libertad es celebrar el descanso de forma semanal.

 

¿Qué dijo Dios? ¡Si Dios hablo y recitó los Aseret HaDivrot una sola vez ¿Qué dijo?! ¿Dijo que el Shabbat es por la creación del mundo o por la liberación de Egipto? ¿Dijo Shamor o dijo Zajor? El Midrash (Mejilta DeRabi Ishmael Itro, Masejta DeBeJodesh #7) sugiere que Dios cuatro veces en la Torá hizo lo que ningún ser humano puede hacer: hablar en estero. Los seres humanos hablamos en “mono” cuando emitimos un sonido no podemos emitir otro sonido al mismo tiempo. Cuando decimos algo no podemos decir otra palabra al mismo tiempo. Dios, en cambio, nos dicen los sabios, puede hablar en estero. Puede decir dos cosas al mismo tiempo. Puede decir a la vez Shamory a la vez Zajor. Así es como el Midrash resuelve esta contradicción y es por eso que el poeta cabalista Shlomo Alkabetz comienza su Leja Dodi diciendo que Dios dijo al unísono Shamory Zajor.

 

Uno podría pensar que estas dos ideas, los dos motivos para la observancia del Shabbat, son complementarios pero según el Midrash son elementos contradictorios. Ya que el mismo continúa dando otros tres ejemplos de dos mandamientos contradictorios que aparecen en la Torá. Por un lado se dice que Dios prohibió manipular fuego en Shabbat pero que también ordenó hacer sacrificios en aquel día. O que Dios prohibió la mezcla de lana y lino (Shatnez) pero que específicamente una prenda del sacerdote debía estar hecha de esta combinación. El Midrash resuelve estas contradicciones diciendo Shneeiem Neemru BeDivur Ejad(“ambas fueron dichas al unísono”).

 

En otras palabras al cantar la primera estrofa del Leja Dodi no estamos simplemente diciendo que Shamor y Zajor son ideas complementarias sino también contradictorias. Comenzamos el Leja Dodi, el poema del Shabbat por excelencia, loando a la contradicción. Aceptando la contradicción como parte de la vida. No somos Dios y no podemos hablar en estero pero si podemos pensar en estero (y actuar en “estero” muchas veces en conecuencia). Si Dios introdujo la contradicción en Su propia Torá ¿cómo nosotros no vamos a poder aceptar la contradicción en nuestro interior? Hay una búsqueda inalcanzable del ser por la concordancia y la armonía absoluta de nuestras ideas, de nuestros sentimientos.Y aquí viene la Torá, Dios mismo, y el Shabbat a decirnos que podemos (y debemos) vivir en la contradicción.Buscar la armonía perfecta de las ideas y la no contradicción del ser y del espíritu “es como perseguir el viento” (Ecl. 1:14). Es vanidad de vanidades. El ser humano con todas sus pasiones, deseos, ideas, necesidades, proyectos es por naturaleza un ser contradictorio.

 

Shneeiem Neemru BeDivur Ejad(“ambas fueron dichas al unísono”) el querer y el no querer, el pensar que esta bien y que esta mal, el querer ir allí y también aquí, el pensar en el futuro pero luego volver al presente, el decir que sí y luego decir que no, el decir una cosa y luego su opuesto… todas estas contradicciones conviven en nuestro interior. Son nuestro Shamor y Zajor interior. La tradición judía no privilegió el Shamor sobre el Zajor o el Zajor sobre el Shamor sino que preserva ambas en su liturgia: En el Leja Dodi y en el Kidush de Shabbat (presten atención a su letra). Así debemos hacer nosotros también, preservando en nuestro interior ideas (y acciones) aparentemente contradictorias.

 

Cada Shabbat nos saludamos diciendo Shabbat Shalom (que tengas un Shabbat en paz). Aquella paz no es solo la paz con el otro, la paz exterior. El verdadero Shalom, es el Shleimut, la completitud y la paz interior. El verdadero Shabbat llega a nuestras vidas cuando no solo cantamos “Shamor veZajor beDivur Ejad, Hishmianu elHaMeiujad” sino que lo hacemos propio y aceptamos nuestras contradicciones interiores y aprendemos a vivir con ellas en armonía y en paz.

 

Por un Shabbat donde aprendamos a vivir con la contradicción interior.

 

Shabbat Shalom,

Rab. Uri

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