Cinco son los sentidos: Vista, oído, gusto, olfato y tacto. Cada uno de estos sentidos nos permite percibir la realidad de una forma diferente. La Torá es consciente que cada ser humano es único y que cada uno de nosotros somos “más afines” a un sentido que a otro. Hay personas que son más “visuales”, que al mirar algo aquello se les queda grabado en la memoria y jamás lo olvidarán. Hay otros que son más “auditivos” que con escuchar les es suficiente, que cuando alguien les dice algo con eso les basta para comprenderlo y asimilarlo. No conozco muchas personas que guíen su aprendizaje en la vida a través del gusto o el olfato pero seguramente los habrá también. Sin duda, por ejemplo, para un no vidente el sentido del tacto es primordial para poder así aprehender la realidad.
Parashat Ekev, la que leímos la semana pasada, y Parashat Ree, la que leemos esta semana, presentan dos modelos diferentes por los cuales Moshé se dirige al pueblo. Moshé en su discurso de despedida ante una nueva generación deseosa de entrar en la tierra prometida se dirige a los diferentes sentidos dentro de su público. Parashat Ekev comienza así: “Y por haber oído estos decretos y haberlos guardado y puesto por obra” (Deut. 7:12)”. Mientras que la parashá de esta semana comienza diciéndonos: “Mirá yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición” (Deut. 11:26). El contenido es similar, la bendición y la maldición. La bendición como consecuencia de vivir una vida de bien y la maldición como consecuencia de apartarnos del camino correcto. Sin embargo Moshé cuidadosamente se dirige en cada una de estas dos parashiot a dos tipos de personas diferentes: a aquellos que aprehenden al oír y aquellos que solo reaccionan al observar. ¿Qué tipo de persona sos vos? ¿Más auditiva o más visual?
Es interesante notar que en la tradición rabínica también se presentan ambos tipos de aprendizaje, el visual y el auditivo. En el Talmud Babilónico cuando los sabios desean traer una fuente que respalda su posición o una prueba sobre algún tema que se encuentran discutiendo utilizan la frase “Ta Shmá” (Vení y escuchá). Sin embargo el Talmud Jerosolimitano y más aún el Zohar para la misma acción utilizan la expresión “Ta Jazei” (Vení y mirá). “Vení y escuchá” o “Vení y mirá” dos modelos diferentes de enseñar y aprender.
Quizás por este motivo Moshé nos entregó estás dos parashiot. Entre su público de hace más de 3000 años y entre su público que se renueva anualmente al volver a leer la Torá están aquellos que comprenden cuando oyen y otros que entienden cuando ven. Hay quienes al escuchar sobre las bendiciones y las maldiciones comprenden racional e intelectualmente que es lo que deben hacer. Para ellos Parashat Ekev es suficiente. Hay otros que hasta no ver las cosas no logran comprender ni asimilar. Y para ellos está Parashat Ree. Y sobre esto ya dijeron los sabios: “Eino Dome Shmia leReaia – No es lo mismo escuchar que ver”. No es lo mismo escuchar sobre lo que hace el cigarrillo en el cuerpo de una persona que verlo con nuestros propios ojos. De la misma forma que no es lo mismo escuchar hablar sobre algún objeto de la naturaleza que poder mirarlo con nuestros propios ojos.
Así tampoco es lo mismo que nos hablen teóricamente de los mandamientos que poder observarlos (en sus dos acepciones). No es lo mismo que nos hablen de la santidad de Shabat que poder mirarla y vivirla en una sinagoga. No es lo mismo que nos hablen de la belleza de una cena familiar de Shabat que poder mirar a toda nuestra familia alrededor de la mesa mientras pronunciamos el Kidush. Esta es la invitación para este Shabbat: Ta Jazei, vení y mirá. No te quedes solo con la teoría con lo que escuchaste alguna vez, con lo que alguna vez te contaron, anímate a ir y mirarlo con tus propios ojos y a vivirlo con todos tus sentidos.
Shabat Shalom