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«Si la Torá no hubiera sido entregada aún hubiésemos aprendido sobre el valor del recato al ver a los gatos, sobre la prohibición del robo al observar a las hormigas, sobre las relaciones sexuales (licitas y prohibidas) al detenernos y ver a las palomas, y sobre el buen comportamiento al observar a los gallos que primero engatusan y luego intiman (Talmud, Eruvin 100b)». De está forma tan peculiar los rabinos nos llaman la atención que de cada creación algo podemos aprender. Según los maestros de la Cabalá Dios nos dio dos guías para guiarnos en nuestra vida: la Torá y la naturaleza. Ambos caminos se encuentran en las dos bendiciones previas al Shemá Israel que repetimos cada día. Al estudiar profundamente la Torá podemos encontrar respuestas a muchas de nuestras preguntas, la Torá nos puede ayudar a transformarnos en la mejor persona que podemos ser. Sin embargo hay otro camino para comprender y conocer a Dios y Su mensaje: la naturaleza. Las palabras de Dios no están inscriptas únicamente en la Torá sino que también están dibujadas y coloreadas en cada trazo del universo policromático y diverso que nos rodea. De cada animal hay algo que podemos aprender. De cada paisaje hay una lección importante para nuestra vida. De cada clima hay algo que nos podemos llevar. Así mismo lo dijo el gran Maimonides: “En toda la naturaleza no hay nada sin un propósito, trivial o innecesario” (Guía de los Perplejos 3:25). Todo tiene una enseñanza para nosotros, solamente debemos aprender a mirar.

En Tu Bishvat cada año celebramos nuevamente el “año nuevo de los árboles”. En está oportunidad nos invito a aprender de los árboles ya que en la misma Torá se nos dice: “Porque el ser humano es un árbol del campo – כי האדם עץ השדה (Deuteronomio 20:19). La Torá misma nos compara con un árbol y en su día ellos tienen algo que enseñarnos:

Consejos de los árboles:

  1. Párate derecho
  2. Apunta siempre al cielo
  3. Toma mucho agua
  4. No temas en dejar crecer tus raíces
  5. Busca siempre el sol
  6. Comparte tu sombra y tu cobijo con los demás
  7. Aprecia el paisaje
  8. No menosprecies tu belleza natural
  9. Ayuda a las demás criaturas
  10. Da frutos
  11. Dale libertad a tus frutos cuando ya estén maduros
  12. Da muchas hojas de diversos colores
  13. Balancéate cuando soplen los vientos, pero no te dejes caer.

Mucho podemos aprender de los árboles, como de cada elemento de la naturaleza, si aprendemos a mirar el mundo de otra manera. El primero de los Salmos (1:3) nos vuelve a repetir que el ideal del justo, del tzadik, es ser como un árbol: Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. El ideal no es únicamente plantar un árbol y escribir un libro, el idear es ser como un árbol y vivir el libro.

¿Qué más podemos aprender de los árboles?

¡Jag LaIlanot Sameaj!

Un agradecimiento especial a mi compañera del Seminario Rabínico, Abigail Urman, por haber compartido el texto de los “consejos de los árboles”.

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