Eliezer Ben Iehuda, nació como Eliezer Yitzhak Perelman en el entonces imperio Ruso en 1858. La peatonal más famosa de Jerusalém lleva su nombre. Y su nombre es sinónimo del hebreo moderno. Fue él quien impulsó el resurgimiento del hebreo en la tierra de Israel a finales del siglo XIX. Su tarea fue una de las más gloriosas utopías de la historia del judaísmo, y sin duda, de la historia del lenguaje. El hebreo, desde hacía más de 2000 años se había mantenido en el pueblo judío pero solamente como un idioma sacro, utilizado en la liturgia y en el estudio. No se utilizaba para ir a comprar tomates a una verdulería o para una lección de física. Los judíos en cada parte del mundo que vivían adoptaban el idioma vernáculo de sus vecinos con algunas hebreizaciones por aquí o por allá, o bien “creaban” un lenguaje como el Idish, el ladino, el judeo-italiano, el judeo-arabe u otras tantas lenguas.
Eliezer ben Iehuda logró lo que muchos pensaban que era imposible: resurgir el idioma hebreo como lengua viva del pueblo judío en la tierra de Israel. Su lema, que hoy comúnmente (sin saberlo) se canta en muchos campamentos judíos fue: “hebreo, habla hebreo” (Ibrí Daber Ibrit). Ben Yehuda consideraba que una lengua en común en nuestra tierra ancestral protegería a los judíos de la asimilación. Algunos pueden abandonar ciertas costumbres, formas de vestir o ciertas prácticas religiosas pero el lenguaje materno es imposible de olvidar. Luego de estudiar algunos años en París decidió él mismo hacer Alía en 1881. Su proyecto era el reemplazo del Yidish (idioma diasporico) por un renovado hebreo con raíces en el antiguo hebreo bíblico de la tierra de Israel. Su hijo, Ben Zion Ben Iehuda, fue el primer hebreo parlante moderno (sin embargo quedó el pobre medio trastornado ya que durante toda su infancia su padre le prohibió tener contacto con cualquier otro idioma, lo cual de alguna forma le prohibía hablar con el %99.99 del mundo). El judaísmo resurgió en la tierra de Israel, y con él, luego de más de 2000 años, los judíos volvimos a comprar tomates y a discutir de política en hebreo.