Caminando por Jerusalém me suelo topar, como ya les dije, con muchas calles cuyo significado me es familiar. Sin embargo saliendo a dar una vuelta el otro día me topé con un nombre del cual no tenía la menor idea su significado. Gracias al rab Google descubrí quien ES este enigmático personaje y es el que hoy decido compartir. Bostanai ben Janinai fue el primer exilarca (representante judío frente a las autoridades gobernantes) del periodo árabe en Babilonia. Durante siglos el judaísmo había florecido en Babilonia (la actual Iraq para que se ubiquen) bajo dominio de los persas. Según cuenta la leyenda el último rey persa en la zona (a mediados del siglo VII) quiso exterminar a toda la dinastía del rey David (sí, hasta nuestros días incluso hay gente que sigue asegurando que desciende del rey David y en la edad media eso estaba bastante de moda y daba mucho prestigio). Sin embargo cierta vez tuvo un sueño que le impidió seguir adelante y le concedió a la mujer de Haninai todo lo que necesitará y a su hijo lo nombró tiempo después exilarca. El califa Omar al conquistar el territorio de Babilonia reafirmó a Bostanai como exilarca. Al parecer muchas son las leyendas que adornan la vida de este enigmático personaje. La más famosa es que le fue entregada como esposa a una princesa persa, la cual aseguran las fuentes nunca se convirtió al judaísmo (algunos dicen que sí para alivianar el problema pero al parecer ni cerca estuvo eso de ocurrir). Los hijos de sus otras esposas judías no querían reconocerlos como hermanos (por ser hijos de una madre no judía) y los trataron como meros esclavos. Sin embargo las autoridades judías, en un giro muy interesante de la ley judía (que como saben dictamina que es judío solamente el hijo de madre judía o quien se convierte) decretaron que los hijos de la princesa persa también deben ser considerados como judíos. Este tema, como se imaginarán trajo mucha polémica entre las autoridades legales judías de aquellos tiempos. ¿Interesante, no?
