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“Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, porque estaba cerca…” (Éxodo 14:17) ¿Más de 200 años de esclavitud y cuando por fin son libres Dios los lleva por el camino más largo? Había un camino, una vía que en unos pocos días conduciría al pueblo de Israel de la tierra de la esclavitud hacia la tierra prometida pero Dios dice que como era “corto” los guiará entonces por otro camino. ¿Cómo entender está extraña decisión? Uno puede escuchar de muchas personas decir: “toma está ruta que es la más corta” pero nunca escuchamos que alguien diga “no tomes esta ruta porque es la más rápida”. Esta vez Dios tiene otros planes. El camino más largo fue el camino elegido por Dios para el pueblo. Entonces la pregunta ¿Por qué? ¿Por qué el camino más largo es a veces el mejor camino?
La salida hacia la libertad pudo producirse en apenas unas horas pero el recobrar la conciencia de ser un pueblo libre tardaría años. Un pueblo esclavo no hubiera sabido cómo hacerse responsable de su libertad en su tierra. El pueblo necesitaría años de caminatas para olvidar la esclavitud y comenzar a vivir como hombres libres. Cuarenta años en el desierto, en vez de unos pocos días, renovó las generaciones y con ello la conciencia. Las vicisitudes y los problemas surgidos durante la travesía le enseñarían al pueblo de Israel como una sociedad debe administrarse. Los milagros acontecidos durante la travesía, siendo el Maná el ejemplo más sobresaliente, les enseñaría que tienen un Dios en quien confiar, y esa confianza les daría el valor propio para enfrentar a cualquier desafío y a cualquier enemigo. Durante la travesía cada uno se volvería a conocer con su prójimo, con su compañero de viaje. El desierto los uniría como nación. El desierto los preparará para ser libres.
¿Por qué el camino más largo es a veces el mejor camino? Quizás Dios nos quiere decir a todos nosotros que el camino hacia la tierra prometida nunca es el camino más corto. El camino hacia nuestras tierras prometidas siempre es largo, pero es el camino quien nos prepara para estar listos a la hora de encontrarnos con nuestro destino.
¡Shabat Shalom y a caminar se ha dicho!